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domingo, 24 de julio de 2022

There's nowhere unless you're there


Ya sé que es la ley de la vida y sarasa (cada vez detesto más las frases simplonas, aunque sean ciertas); pero  lo verdaderamente real es que te extraño muchísimo.

Dentro de un par de meses van a hacer dos años desde que te independizaste y lo celebro. Lo celebro a pesar de que me falten en casa tus  risas, tus gritos, tus chistes, tus delirios, tu querer siempre ganar las discusiones, tus ojos curiosos, tus ideas locas acuarianas, tu terquedad,  tus abrazos , tu música espantosa, tu inteligencia bilingüe, tu sonrisa divina, compartir el sushi, gritar  los partidos de Boca, y todo eso que se llama cotidianidad y es una mezcla rara de rutina lacerante y amor infinito.  

Extraño tu presencia y cantar a dúo, o alguna pregunta de esas raras que me hacías en la adolescencia porque "no era  la mejor pero era la única que estaba ". 

Y yo, la que quería que crecieras rápido y te independizaras, hoy te extraña con todo el cuerpo. Tanto te extraño  que las paredes se van achicando hasta asfixiarme. Es entonces cuando te llamo  - porque me cuido mucho de no invadir tu intimidad - y te digo:  "No way, Iván, nos vemos hoy.  Y hoy es hoy, no hay excusas".  Sí, re cool la vieja.

-  Ay, má, sos terrible. Dale, merienda 1730.  - me contestas y me pasas las coordenadas. 

No fue un día fácil para mí, pero llego puntual, después de varios trámites dolorosos y agotadores.

Diez minutos después llegás vos. Venís sonriendo, y recién ahí siento que recupero el aire. Todo alrededor tuyo se va iluminando a tu paso. ¿Exagerada?, tal vez, pero así lo veo yo. 

Elegimos la merienda , charlamos un montón, nos reímos, aunque no puedo dejar de pensar que en un ratito nomás vos te vas a volver a tu casa y yo a la mía. 

Porque es la ley de la vida. Claro.

Pedimos un taxi y nos vamos juntos , aunque vivimos cada  uno en la otra punta de la ciudad. Una propuesta tuya que agradezco; la tomo como una burla o una inocente trampa que le tendemos al tiempo para estirar la despedida. No nos vemos muy seguido, cada uno está con sus cosas y hay que aprovechar al máximo este momento.  

Casi imperceptiblemente noto que, cuando te bajas del auto, un pequeño hilo de mi  pullover rosa se desprendió y quedó adherido a tu buzo, como abrazándote. 

Y así te vas, mientras me quedo mirándote y pidiédole ...¿a dios? ¿el universo? ¿mi papá? ¿el destino? ...que te cuiden y no dejen que nada malo te pase.   


Te amo, Ivanchu de mi corazón. No existe ningún lugar a menos que vos estés ahí.