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sábado, 21 de noviembre de 2009

El sentido de la infancia

En los últimos meses, con Iván adoptamos la costumbre de ir a Mc Donald's el primer día que cobro mi sueldo. Esto compensa lo magro del mismo con lo calórico de la comida chatarra que ofrecen en el lugar,entre otras cosas.

Además, siempre es placentero ir caminando con Iván y escucharlo. Lo descubro cada día más grande y me divierten sus ocurrencias.

Este domingo le propuse, como cada principio de mes, tener nuestra "gran salida gran".

- Eso sí - le advertí mientras nos dirigíamos al local que está por la Avda. Santa Fe - hoy nada de "Cajita Feliz". Te comés la hamburguesa, con las papas, la Coca, y listo...

El no opuso resistencia , como en general lo hace. Eso me llamó la atención. Sólo me miraba y seguía caminando. Ante su silencio, yo seguí desarrollando mi "razonamiento lógico".

- Total...¿para qué querés esos muñequitos que vienen en la Cajita y que se rompen enseguida?...

Rarísimo. Ninguna devolución de su parte. Sólo silencio.

-... tenés la pieza llena de cosas, igual...- a medida que iba terminando la frase, mi voz se iba tornando casi imperceptible. ¿Por qué me mirás así?.

- Es que, mamá, sos taaan amarrrrrrgada - dice estirando las letras para darle mayor énfasis a las palabras - No tenes "sentido de la infancia".

Dolor. Puñal clavado justo en el pecho de esta madre judía.

- ¿Yo?, ¿yo soy amarrrrgada?...¿Acaso no te hago chistes y cosquillas todo el tiempo?. ¿No bailo hip hop con vos?,¿no me aprendí esa canción de los Jonas Brothers que me enseñaste?...¿Qué significa "tener sentido de la infancia", eh?

- Son los adultos que ven la vida como niños - respondió serio. Y apuró el paso sin dar mayores precisiones. Estaba clarísima la idea.

Derechazo de Iván en mi mandíbula. Caigo sobre la lona del ring.

Dejo que él se adelante, pero observo sus movimientos detenidamente. Lo cuido. Un hombre estaba pidiendo monedas, y ante la negativa de la gente se violentó, insultando y dando una patada contra el suelo, justo cuando el nene pasaba por su lado.

Iván se sobresalta ante el gesto del hombre y pega un saltito en el aire. Cuando lo alcanzo, lo abrazo fuerte y se me escapa una carcajada.

- ¡Te asustaste, mi amor! - comento sin poder parar de reirme. Ahora vamos a tener que correr, Pollo. Me tenté...creo que voy a hacerme encima de la risa...¡Necesito ir al baño ya!!!...

Iván se cuelga de mi brazo, mientras cruzamos velozmente la calle.

- ¿Ves, mami?. - replica - éso ...es tener sentido de la infancia.

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